Hasta este momento hemos visto los diferentes tipos de bombas de calor, según su forma de extraer e incorporar el calor, según la época del año, hacia el exterior.
Pero ahora veremos los distintos equipos emisores para la climatización de las zonas, sus características y los pros y contras para su comparación.
- Radiadores de baja temperatura:
Para sistemas de calefacción de baja temperatura, como calderas de condensación, aerotermia o geotermia, los radiadores eficientes de este tipo representan una elección excepcional para lograr un alto nivel de eficiencia.
Estos radiadores están diseñados para aprovechar los sistemas de generación de calor a baja temperatura, lo que conduce a instalaciones más eficientes y ahorros energéticos significativos. Actualmente, en el mercado se encuentran disponibles radiadores con amplias superficies de intercambio y una menor área de radiación, así como una masa y contenido de agua mínimos. Estos radiadores cuentan con tubos internos (de cobre) que actúan como intercambiadores, por donde circula el agua caliente.
Como se mencionó previamente, en las instalaciones convencionales de radiadores de baja temperatura, se requiere un gran número de elementos, lo que implica una cantidad significativa de espacio. Por lo tanto, los radiadores de baja temperatura están ganando terreno, ya que para una misma emisión térmica, su tamaño es dos o tres veces menor en comparación con los radiadores convencionales. En este contexto, los convectores equipados con intercambiadores de calor demuestran ser los más eficientes en términos de dimensionamiento.
- Fan-coil
Un sistema de climatización «todo agua», conocido como fan coil o ventiloconvector, es una combinación de componentes esenciales: un intercambiador de calor, un ventilador y un filtro. Este dispositivo es capaz tanto de refrescar como de calentar el entorno en el que se encuentra, según sea alimentado con agua refrigerada o con agua caliente proveniente de una fuente de calor, como una bomba de calor.
El funcionamiento de los equipos fan coil es sencillo pero eficaz. En primer lugar, la unidad fan coil recibe agua fría o caliente desde una unidad exterior. Posteriormente, un ventilador impulsa el aire y dirigiéndolo a través de los tubos por los que circula el agua con su respectiva temperatura. Aquí es donde ocurre la transformación térmica crucial. Si el agua es fría, el sistema extrae el calor latente presente en el aire circundante. Una vez que el aire ha pasado por este proceso, se somete a la acción del filtro, garantizando su limpieza y purificación.
Una vez que el aire ha sido calentado o enfriado adecuadamente y filtrado, se libera al exterior, generando así una atmósfera climatizada en el ambiente interior. Un beneficio adicional de este proceso es la tendencia a reducir la humedad relativa en el entorno. Su combinación de elementos inteligentemente dispuestos permite tanto el enfriamiento como el calentamiento del aire interior, aportando un control preciso sobre las condiciones ambientales.
- Suelo radiante
El sistema de suelo radiante se caracteriza por su eficiencia en la calefacción, empleando tuberías colocadas bajo el suelo. Estas tuberías calientan el suelo, que luego emite calor de manera uniforme hacia arriba, creando un ambiente de confort.
Es considerado como el método óptimo para lograr el confort térmico en la climatización y calefacción de viviendas, ya que distribuye el calor y el frío de forma homogénea por toda la superficie. Además, proporciona un mayor control en las distintas habitaciones al permitir la regulación independiente de la temperatura en cada una.
Este sistema opera mediante un circuito de agua a baja temperatura, generalmente entre 30 y 45 ºC, lo que lo hace especialmente adecuado para su instalación en conjunto con bombas de calor. Debido a que no es necesario calentar el agua a temperaturas muy elevadas, se requiere menos trabajo y energía, lo que a su vez reduce considerablemente los costes económicos asociados.
- Radiadores convencionales
Estos equipos son los más reconocidos por los usuarios ya que se encuentran en una gran cantidad de hogares como sistemas de climatización existentes, por lo que podremos aprovechar la instalación existente para sustituir las calderas tanto de gasoil como de gas por bombas de calor mucho más eficientes.
Los radiadores convencionales fueron originalmente diseñados para su uso en combinación con calderas que funcionan con gas, gasoil, pellets, etc. Estos radiadores están diseñados para operar a temperaturas de calefacción que pueden alcanzar hasta los 90ºC, lo que corresponde a las temperaturas de trabajo típicas de estas fuentes de calor.
Sin embargo, al intentar adaptar estos radiadores para su uso con bombas de calor, nos encontramos con un problema importante: las bombas de calor operan a temperaturas más bajas, generalmente alrededor de los 55ºC. Esto significa que los radiadores convencionales no están funcionando a la temperatura óptima para la que fueron diseñados, lo que resulta en una disminución significativa de su capacidad para generar calor de manera eficiente. En consecuencia, esto reduce el rendimiento global del sistema de calefacción.
Por lo tanto, al considerar la transición de una caldera de gas o gasoil convencional a una bomba de calor, es importante tener en cuenta que, si bien es posible utilizar los radiadores tradicionales existentes, esto conllevará una pérdida de eficiencia considerable. En general, se desaconseja esta práctica debido a la incompatibilidad entre la temperatura de funcionamiento de los radiadores y la de las bombas de calor, lo que puede resultar en un sistema de calefacción menos eficiente y costoso en términos de consumo energético. En su lugar, se recomienda considerar la instalación de emisores de calor diseñados específicamente para trabajar a temperaturas más bajas, optimizando así el rendimiento del sistema de calefacción con bomba de calor.